La provincia de Esmeraldas ha experimentado un aumento en la inseguridad en los últimos años convirtiéndose en una de las provincias más peligrosas del Ecuador. En 2022, el Ministerio del Interior señaló que, a escala nacional, el Ecuador cerró con 4.603 muertes violentas[1], equivalente a 25 casos por cada 100.000 habitantes, siendo la tasa más alta de la historia del país.
Dada esta situación, la Defensoría del Pueblo emitió una alerta temprana dadas las condiciones de inseguridad de la zona, lo que se traduce en una alta probabilidad de vulneración de derechos humanos dada la dinámica de disputa de los grupos criminales por el control de las rutas del tráfico de sustancias ilícitas, lo que sumado a las condiciones de pobreza y pobreza extrema de su población y la falta de presencia estatal, han convertido a este territorio en un lugar estratégico para la comisión de actividades ilegales, afectando así a la garantía de derechos de quienes habitan esta zona.
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[1] Personas que han sido víctimas de sicariatos, asesinatos, femicidios, robos con muerte, ataques con explosivos o balas perdidas